Noticias de las Fraternidades 39

LA FRATERNIDAD EN MÉXICO

Diario de Héctor, Fraternidad de Ciudad Hidalgo (2012)

En  este día me encuentro en mi retiro de mes, y he querido dejar un espacio para compartir unas líneas con ustedes y expresarles un poco como he sentido el paso de Dios en mí caminar durante estos seis meses de noviciado, experiencia bella y rica.

En verdad es una gracia vivir cada momento que tiene el noviciado en su objetivo general. Recuerdo las palabras de inicio de mi acompañante y hermano Paco al hacerme hincapié sobre la gran importancia de los momentos fuertes de oración y comunión con Dios, así como también trabajar el interior de mi persona. Por ello pienso y reflexiono en este momento de seguir pidiéndole a Dios la gracia para fortalecerme en este diálogo de oración con Él. En este diálogo voy trabajando las diversas etapas de mi vida en la madurez humana, espiritual y psicológica; es donde voy reconociendo este paso de  Dios en mi vida y encontrándome en algunos momentos con mis vecinos veo el Rostro de Dios Misericordioso y Bondadoso así como en mis hermanos de comunidad en la persona de Fernando, Jay, Bartolomé, Mario, Giorgio y Paco. Me han ayudado a través de su testimonio de vida y el ejemplo de algunos de mis hermanos, a caminar en esta experiencia de vida religiosa en el espíritu de nuestro hermano Carlos de Foucauld.

Con Paco he sentido una fuerte comunión de diálogo, escucha y sinceridad en estos meses de noviciado: compartimos estudios de la Biblia, diversos aspectos de la Fraternidad y el contexto socioeconómico de México y del mundo, que me ayudan a está integración de formación. Creo y estoy consciente que se está llevando a buen término; como también el trabajo a media jornada de lunes a viernes, cerca de nuestra Fraternidad, donde colaboro con la Familia de Don Manuel y Doña Gloria, realizando diversos trabajos en el campo desde darle de comer a los animales como sembrar maíz, frutales etc. Este tiempo de trabajo me va ayudando a valorar más la cercanía con nuestros hermanos campesinos y valorar nuestra vida como Hermanitos en comunión con la gente.

Al compartirles brevemente algo sobre el Paso de Dios en mi vida durante estos primeros 6 meses de noviciado quiero agradecerles sus valiosas oraciones y al mismo tiempo seguir pidiéndoles que me sigan acompañando.

A partir de mi estancia en Venezuela,  he tenido una fuerte comunión con Joseíto(1) y ruego a Dios lo siga fortaleciendo en su salud tanto física como espiritual.

Deseo que Cristo Resucitado reine en cada uno de ustedes y que lo podamos encontrar en nuestros Hermanos más pobres y marginados.

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(1) Héctor cuidó especialmente de Joseíto durante su grave enfermedad.