Noticias de las Fraternidades 39

LA FRATERNIDAD EN MÉXICO

Visita de Giuliano, prior (2012)

Lo mismo que en mi última visita a México, hace casi dos años, esta vez también empecé con una peregrinación a la basílica de la Virgen de Guadalupe.

Tenía bastantes cosas que confiar a la Morenita (así llaman los mexicanos cariñosamente a la Virgen), antes de tomar el camión para Ciudad Hidalgo. En cualquier parte de la ciudad, grandes carteles indican que pronto serán las elecciones presidenciales; después el camión deja la ciudad y encontramos  el campo… y finalmente al cabo de tres horas, las bellas montañas que rodean Ciudad Hidalgo.

Giorgio me esperaba en la Central camionera: Encuentro con los hermanos y los lugares. Santiago estaba todavía con su familia a raíz de la muerte de su mamá: regresará al cabo de algunos días.

Al día siguiente, domingo, misa en Los Pozos(1) y alegría de encontrar a muchos de nuestros amigos. Me esperan dos sorpresas: la primera es que Licha, la responsable de la comunidad, no está allí; le habíamos puesto el apodo de nuestro “Obispo”. Ella se casó y ahora vive en la ciudad. Se siente su ausencia. La segunda es que el párroco ¡decidió suspender a todos los ministros de la Eucaristía mujeres! Y aquí, en Los Pozos, precisamente era una joven. Otro signo más que muestra el rostro muy clerical de la Iglesia de ésta región. Paco preside la Eucaristía. Él y Bartolomé se reparten entre Los Pozos y Cerro Prieto. Cada uno por turno, celebra durante un mes en una de ellas.

Llegué una semana antes de la reunión regional; eso me dio la posibilidad de compartir la vida de los hermanos y los trabajos, intercambiar con uno u otro y visitar a los amigos.

Cada hermano se dedica a uno de los trabajos de la fraternidad. Paco está todas las mañanas en la huerta que proporciona verduras y ensaladas para la casa y a menudo también a los amigos. Paco la cuida con mucha habilidad. Mario continua con su cría de gallinas, guajolotes y patos que pasan a la mesa de los hermanos pero a veces también se venden. Ahora también está muy ocupado con el nuevo Centro comunitario, de la que les hablaré más adelante. Bartolomé, aun estando disponible para ayudar a los demás, cuida varias plantas que dan moras y prepara buenas mermeladas. Giorgio se encarga del mantenimiento de la casa y es chófer para las compras en la ciudad, también a menudo para las necesidades urgentes de la gente. Por el contrario, Santiago va muy a menudo a la ciudad o en las comunidades para dar clases de inglés y momentos de convivencia. Fernando se encarga más de los árboles frutales, muy numerosos y que ya dan bastantes frutos. También acaba de empezar un cultivo de gusanos de tierra. Héctor, el novicio, trabaja todas las mañanas en la granja de una familia amiga. Además cada día  un hermano asume la cocina. Tarea bastante importante porque a menudo a los “7 hermanos” se añaden amigos.

Los trabajos son muchos y pesados. Por el contrario la salud de algunos hermanos no es lo que era antes. 

Los hermanos conservan un ritmo de oración-trabajo-relaciones bastante equilibrado. Me parece que la oración es el elemento central, con la adoración silenciosa todos juntos por la mañana. Empieza en la oscuridad y se va iluminando con la luz cada vez más fuerte del sol que sale y entra en la capilla a través de una gran ventana de vidrio. La siguen los laudes. Vísperas por la tarde a las 18:30 y completas a las 21:00. La Eucaristía se celebra dos veces por semana, a menudo la gente participa (y se quedan para la cena). Pero como normalmente los hermanos no trabajan o trabajan poco por la tarde, el ambiente de oración y silencio se prolonga a menudo hasta la noche.

Los hermanos viven bien el desafío de ser numerosos (tal vez sea la primera de nuestras fraternidades que tiene tantos hermanos). Pero ese desafío es al mismo tiempo una oportunidad para  la vida comunitaria, sobre todo si se tiene en cuenta las edades. Los hermanos tienen un ritmo semanal de consulta y programación que da buenos resultados, y tienen revisión de vida una vez al mes. El hecho de que cada uno tenga su propio espacio de responsabilidad y de actividad es otro elemento positivo.

La calidad de las relaciones con la gente es el otro aspecto (una gracia) que hace esta fraternidad tan atrayente. Las visitas recíprocas, los servicios prestados, las liturgias vividas juntos, etc., han profundizado mucho las  relaciones. Son un tesoro afectivo para cada uno de los hermanos.

Durante esta primera semana tuvimos la visita de la comunidad de las trapenses que viven al lado de Ciudad Hidalgo. Vinieron 14. Bella ocasión para compartir con ellas en la amistad. La relación con esta comunidad, donde los hermanos van a menudo para un tiempo de retiro, ha crecido en confianza.

Durante las visitas a los amigos y los intercambios con los hermanos, dos realidades estaban a menudo presentes: la emigración hacia los USA y la violencia de los narcotraficantes. Muchas familias de aquí tienen uno o varios miembros “al otro lado” (como dicen aquí para hablar de USA). Y muchos sueñan con hacer el viaje, pues las posibilidades de trabajo en el lugar son casi nulas. Pero ese viaje cada vez es más peligroso. Se corre el riesgo de caer en las manos de diferentes “familias” de narcotraficantes que abusan o utilizan a los migrantes y a veces los matan (a menudo se encuentran fosas comunes), o en las de la Migra (Policía de migración americana) que los deporta o los mete en la cárcel: peligros pues para los que hacen el viaje y angustia y soledad para los que se quedan.

Y para los jóvenes sin trabajo y sin futuro, que no se van, está siempre la tentación de aceptar trabajar para las “familias” de la mafia que ofrecen grandes recompensas. Parece que son cada vez más activas en los alrededores. Fernando tiene relación con organizaciones eclesiales que trabajan para ayudar y aconsejar a los migrantes y sus familias.

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En los días que precedieron la reunión regional, llegaron Chema de Guadalajara, Jay de USA, Chepito  y después Patricio y Miguel (hermano de Jesús) de Nicaragua(2).

La reunión regional comenzó con una revisión de vida personal, seguida de una reflexión común sobre diferentes temas.

Hablamos del camino juntos con los HJ y se tomó la orientación de participar en su reunión regional.

Paco nos habló del noviciado del que es responsable, y después escuchamos a Héctor sobre cómo vivió ese tiempo de formación y sobre su estancia en Bojo.

También compartimos sobre cómo dar a conocer mejor la fraternidad y su espiritualidad. En julio tendrá lugar aquí una semana vocacional con las Hermanitas de Jesús.

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Con Mario visité el nuevo Centro comunitario que fue inaugurado con una gran fiesta y del que es el inspirador. Fue construido con la ayuda de muchos miembros de la comunidad, gracias al apoyo financiero de un sacerdote, amigo de muchos años de los hermanos de Nueva York y que tiene relaciones con México. Como para la construcción, la gestión y las actividades del Centro serán administradas por un equipo de coordinación del que Mario forma parte con gente de la comunidad. La comunidad también es propietaria de la casa. Pienso que esta iniciativa importante ayudará a la comunidad a crecer como comunidad dando, sobre todo a los jóvenes, la posibilidad de tener actividades de formación y de recreo que tanto faltan.

Un domingo nos invitó a comer a todos la familia de mi ahijado que ahora tiene casi 4 años: ¡qué alegría  ver a Toñito con buena salud!... cuando recién nacido, casi se muere. Poco tiempo después de nuestra llegada aquí, lo llevé con el carro hasta una clínica en la que el médico aconsejó bautizarlo, pues no estaba seguro de que se recuperaría. Así que yo era el único que podía ser el padrino. ¡Poco a poco descubrí que aquí en México las responsabilidades del padrino no son solamente de orden espiritual…

Con Chepito, Patricio y Héctor visitamos a la familia de éste último. Héctor es originario de una ciudad a una hora de carro de Ciudad Hidalgo. Era mi segunda visita a su casa. Esta vez también fuimos muy bien recibidos como la gente de aquí sabe hacerlo. La presencia de Héctor, mexicano de la región, entre los hermanos, seguramente ayudó mucho a profundizar las relaciones con la gente. Todos lo quieren mucho.

Después de tres hermosas semanas aquí, tuve que despedirme de los hermanos y amigos y de nuevo tomé el camino, solo, hacia la capital.

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(1) Los Pozos y Cerro Prieto son las dos comunidades cristianas que atienden los hermanos.

(2) Estos tres hermanos viven solos en Nicaragua.