Noticias de las Fraternidades 40

FLASHES Y NOTICIAS

Encuentro en la fraternidad de Beni Abbès (Argelia)

De Yvan:

Hace algunas semanas, a la hora de la siesta, llegan a la puerta de la ermita dos visitantes franceses conducidos por un joven del pueblo. Deben estar en la década de los sesenta y están vestidos de traje pero sin corbata… Bienvenida… sigan al guía: “El patio, los edificios datan de 1901, la sacristía con las imágenes de la época trazando la vida del soldado-explorador-eremita…” Pero muy pronto me doy cuenta de que esos dos visitantes no han venido para oír hablar del hermano Carlos o de esta región de la Saoura. Son ellos los que quieren hablar y compartir su emoción. Y cuentan… Vienen de una gran ciudad francesa, uno de ellos es  directivo en una multinacional, el otro cirujano. Son miembros de un club de hombres de negocios que ha organizado un congreso en Francia. Y resulta que en ese congreso participó un médico argelino de Orán. Este invitó a los dos organizadores a visitar su ciudad; ¡qué cosa más natural, sobre todo para un argelino! Pero resulta que los dos franceses, Oran… la conocen: ¡nacieron  y vivieron allí hasta 1962! Son “pieds noirs”1, y de adolescentes, tuvieron que dejar esta ciudad en circunstancias dramáticas que se empieza a conocer mejor. Sus familias, en Orán, eran pobres y vivían en un barrio popular argelino. “Yo iba a colonia de vacaciones a Francia, en el verano. ¡Los vecinos eran los que me enviaban paquetes de golosinas, ya que mis padres no tenían los medios!” Y vuelven los recuerdos de esta juventud compartida con otros niños del barrio, los nombres de los compañeros, sus juegos; y ¡esta Francia que no conocían más que a través de las colonias! Se secan sus lágrimas… Pasamos a la capilla, un silencio.

Esta invitación del médico argelino de Orán, es un choque para ellos. Nunca más regresaron a Argelia. Por miedo… Miedo alimentado por todo lo que se dice sobre este país. El Ministerio Francés de Asuntos Extranjeros siempre desaconseja cualquier viaje a Argelia. Pero Miedo también de regresar después de la guerra, a ese país, a su ciudad: “¡Somos los enemigos!” Hay pues más que hesitaciones; sus esposas, los hijos tienen que ver en eso. Y sin embargo, terminarán por aceptar.

Y su huésped hizo bien las cosas: a la llegada del avión, todos los antiguos del barrio que pudo encontrar están ahí; y es la fiesta. La emoción tuvo que ser fuerte, todavía hay lágrimas en sus ojos. Tiempo de silencio en la capilla. Me imagino lo que siguió, las invitaciones, los encuentros, los recuerdos, la fiesta y todas esas vidas que contar… Me atrevo a hacer una pregunta adivinando que eran gente con la agenda cargada: Pero, ¿por qué venir todavía hasta aquí, a Beni Abbes?” “Yo quería venir, era casi una condición: durante toda mi infancia, mi padre nos hablaba de Carlos de Foucauld. ¡Y yo creo que le debemos a él  todos esos encuentros que tuvimos en Orán, esta fraternidad encontrada!" Otro momento de silencio, un carro espera afuera: “¡Mañana tenemos el avión para Orán! Pero regresaremos el año que viene con toda la familia.” Y es cierto que muchos visitantes regresan. Señal de su alegría de vivir el momento, no me dijeron una sola palabra crítica o negativa sobre este país.

Hay un pesado litigio en las relaciones entre Argelia y Francia (se podrían citar otros países). Muchos bloqueos y miedos, sobre todo del otro lado del mar. Y también las horribles realidades de una guerra. Me pongo a soñar con miles de encuentros como este, embrión de esta fraternidad con la que soñaba el hermano Carlos…

Comentario. Nuestra razón de estar aquí, es – entre otras – el encuentro. El calendario litúrgico, hace unos días, nos ha hecho revivir la Visitación, modelo de acogida y de encuentro (y mucho más). Nosotros vamos al encuentro del otro, apresurándonos como María. Se habla de "la Iglesia del Encuentro". El pequeño episodio antes citado me abrió a otra dinámica: permanecer como al margen, ser sencillamente testigo de un encuentro. Testigo de las maravillas que esos visitantes vivieron al regresar a los lugares de su infancia y adolescencia, encontrando a aquellos que creían eran enemigos a causa de la guerra, y fraternizando. ¡Magníficat! “A causa de Carlos de Foucauld” dicen ellos. Que el hermano Carlos me ayude no solamente a ir al encuentro del otro, sino también a maravillarme (o dar gracias) por todos los encuentros de los que sencillamente soy testigo a lo largo de una jornada. Son el humus (disculpen el término, soy fellah2 en mis horas) de mi pobre oración, de la eucaristía, acción de gracias de todos los hombres.

La Visitación - dibujada por Carlos de Foucauld a Beni Abbes

En Beni Abbes, la luz que anima a Carlos  es el misterio de la Visitación:

"Llevar a Jesús en silencio hacia los que lo ignoran

como María lleva a Jesús en silencio en la casa de san Juan".

 

"Madre bien amada, ¡continúe invisiblemente su Visitación!

¡Visite a los Tuareg, Marruecos, el Sahara!

¡Visite y santifique a todos los humanos!"

_________________________________________

1.- Personas nacidas en la Argelia francesa que tuvieron que salir del país después de la independencia.

2.- jardinero, campesino.