Noticias de las Fraternidades 40

LA FRATERNIDAD EN ÁFRICA ORIENTAL

Las tres fraternidades que forman actualmente la región de África Oriental:

Kangemi, (barrio de Nairobi) Kenia.

Olorien, (barrio urbano de Arusha) Tanzania.

Mlangareni, (pueblo rural cerca de Arusha) Tanzania.

 

Diario de Gustavo (fraternidad de Mlangareni, Tanzania)

En 2008, los hermanos me pidieron venir a la fraternidad de Mlangareni que se encuentra en una zona rural, a unos quince kilómetros de la ciudad de Arusha (donde se encuentra la otra fraternidad, en el barrio de Olorien).

Así que tenía que dejar Nairobi. En esa ciudad estuve muy comprometido con los AA (alcohólicos anónimos) y eso cambió muchas cosas en mi vida, tanto a nivel de la oración como a nivel de mi mirada sobre el mundo. Todavía me acuerdo de una señora cuyo marido bebía muchísimo. El marido trabajaba, pero al final del mes desaparecía durante algunos días y regresaba con las manos vacías, sucio y lleno de polvo. Se pasaba todo el tiempo en los bares donde gastaba todo su dinero. Entonces un día le pregunté a esa mujer porqué seguía con este hombre si continuaba bebiendo. Ella me respondió: ”Si me voy, venderá la casa… y ni los niños ni yo tendremos donde vivir… Por eso sigo con él, por mis hijos, aun sabiendo que fundó un nuevo hogar con “su cerveza”. Después de tantos años de matrimonio, no sigo con él porque lo quiero o porque se ocupa de nuestro hogar, sino porque me siento muy preocupada por el futuro de mis  hijos. ¿Qué será de ellos si los abandono?”

Hay muchas personas que están en situaciones parecidas… Eso también me hace pensar en lo que yo mismo vivo, en mis propias convicciones, en mis opciones de vida… Cuando veo jóvenes que se quedan con nosotros algunos años y después desaparecen, tengo la impresión de que abusan de mí… Incluso la gente dice: “Ustedes viven con esos jóvenes e intentan compartir con ellos todo lo que ustedes son… pero resulta que un día uno tras otro dicen: ”Me voy”. Una situación de este tipo, a la que me siento confrontado, me hace pensar en mi propia opción por la Fraternidad y en lo que me hace permanecer en ella.

Lo primero que se me ocurre (un poco como una especie de evaluación de mi vida, una cierta mirada sobre mi vida), es que finalmente de lo que estoy seguro es que me enamoré de Jesús de Nazaret, ese Jesús que anda por los caminos de Galilea como todos los galileos. Discúlpenme, pero no soy capaz de explicar por qué estoy enamorado de ese hombre extraño. Poco a poco descubrí cómo su vida es coherente con sus actos y con sus opciones que son fuente de conflictos y polémicas porque van a contracorriente de las prácticas y concepciones de su tiempo.

La Fraternidad me ayudó, y año tras año me di cuenta de que si mi amor por ese Jesús no se profundizaba, no me podría quedar. Esta historia de amor no se ha vivido en soledad sino con otros hermanos y eso me ayudó enormemente. Cada día por la mañana temprano o al principio de la tarde, en Mlangareni nos encontramos en la capilla para la adoración y  acción de gracias por nuestras vidas vividas con nuestros vecinos a los que fuimos enviados y por los que somos evangelizados. Nuestra vida con los vecinos modela nuestra misión, y juntos, en el contexto de nuestra vida, buscamos como responder al llamado de Dios. Descubrí que lo único que me apoya en este camino es el Espíritu de Jesús. Cada uno debe vivirlo a través de un encuentro personal, de una experiencia personal con Jesús. Tal vez soy un poco ingenuo, pero pienso que cada uno de nosotros debe estar enraizado en esta experiencia de una manera u otra, para poder permanecer unido a Jesús a lo largo de nuestra vida.

Sí, siempre es difícil ver marchar a hermanos con los que has vivido, verlos marchar sin saber por qué se van…¡y tal vez ellos mismos tampoco lo sepan!

Vine a Mlangareni sin tener conocimiento agrícola alguno. Aprendí mucho gracias a la ayuda de los hermanos y también a través de los vecinos. Varias veces fui a trabajar con los vecinos y fue un enriquecimiento muy grande para mí. La vida en el pueblo está hecha de un compartir muy sencillo: por ejemplo trabajamos juntos  para limpiar el pequeño canal de agua que atraviesa el pueblo… o participamos en celebraciones o servicios de funeraria (pasando largas veladas con aquellos que lloran a sus muertos)… o vamos a las reuniones del pueblo… Estoy muy contento de que en Mlangareni nuestra vida esté muy unida a la vida de los vecinos. Para mí, todos esos pequeños acontecimientos en toda la banalidad de la vida, es mi Nazaret como siempre quise vivirlo y estoy feliz.