Noticias de las Fraternidades 38

 

LA GARNACHA, SAN NICOLÁS (NICARAGUA)

Diario de Patricio

 

Les escribo desde Ciudad Hidalgo, México1. Llegué aquí después de tres días y dos noches de autobús siguiendo la misma ruta que hacen los emigrantes centro-americanos, entre otros muchos San-Nicolaseños, en búsqueda de una vida mejor hacia el Norte.

El encuentro con los hermanos me dio mucha alegría: un baño de vida fraterna y de oración; porque “El Monasterio”, como toda la gente lo llama ahora, se presta muy bien para las dos cosas.

El Domingo me conmovió de ver tanta participación en la Misa de una de las dos capillas que los hermanos atienden: mujeres, varones, jóvenes y niños con una fe tan sencilla y profunda. No pude hacer menos de comparar con la parroquia de San Nicolás, en su poca participación, con una ausencia casi total de varones y jóvenes. Me invadió un sentimiento de tristeza y un nudo en la garganta. Todo esto expresa bien el momento actual de mi vida: de un lado siento tanto el peso de mi debilidad, de mi miseria, que me cuesta a veces aceptarlo; y del otro lado siento una gran alegría frente al Don de Dios.

Cuando era adolescente quería llegar a ser santo y me esforzaba mucho con mi voluntad. Ahora estoy convencido que solamente Él puede cambiarme.

Cuando hace 33 años pedí el sacerdocio, recuerdo que una de las razones era mi amor de la eucaristía, un amor casi físico. Durante los años este amor se ha purificado, pero nunca me abandonó. La Eucaristía, tenerla en la misma casa, el poder arrodillarme delante del sagrario cuando quisiera, sobre todo en los momentos mas duros de mi vida, fue siempre una seguridad y un consuelo. “Pase lo que pase con mi vida, pensé muchas veces, tendré siempre la Eucaristía” Con los años la celebración de la eucaristía vino tomando mas importancia como ofrenda de Jesús al Padre, única ofrenda que perdura en el tiempo para la salvación de todos. El mismo Jesús de hace 2000 años sigue actuando, perdonando, sanando y resucitando; el mismo amigo de los pobres, los pecadores, los enfermos, los últimos.

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Después de la salida de José para Santo Domingo y de Jorge, me quedé solo como hermano en la Garnacha. No hubiera podido vivir así y no podría vivir así sin el apoyo y la confianza de mis hermanos.

Si me quedé solo como hermano, nunca viví solo. La fraternidad se llenó de jóvenes: trabajadores, estudiantes y otros que quieren hacer una experiencia de vida. El año pasado me encomendaron un seminarista mesquito, de la costa atlántica para un discernimiento vocacional. Desde hace un año vino a refugiarse a la Garnacha Carmecita, salvadoreña, ex hermanita de Jesús. Es para mi una nueva experiencia bastante exigente.

En todo Nicaragua nos quedamos 3 hermanos: Chepito al sur en Managua, Miguelito (hermanito de Jesús) al norte (San Bartolo) y yo en San Nicolás, entre los dos. Nuestra presencia quiere expresar nuestra fidelidad a este pueblo pobre y marginado. ¡Ojalá podamos ayudarnos mutuamente!

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Hace dos años pedí al Obispo de remplazarme como párroco. No hay respuesta hasta la fecha. En agosto cumplí 17 años de trabajo pastoral en esta parroquia.

El municipio de San Nicolás se extiende sobre un diámetro de 30 kilómetros en zona montañosa. Las 24 comunidades están bien distanciadas (la más lejana está a 6 horas de marcha). El “hermano burro” empieza a sentir los años, a pesar de lo que me decía un viejito. “!Estos animales sí que aguantan!”. Pero esto no es tanto el motivo de mi dimisión: quisiera vivir el último tiempo de mi vida más gratuitamente, con períodos más largos en ermita y una presencia más sencilla con la gente. Esta llamada surge también frente a una Iglesia siempre más clerical y legalista. Es un sueño que vengo madurando desde tiempo, pero como dicen aquí: “todo depende de El de arriba”.

La realidad del municipio de San Nicolás es muy dura, sea a nivel económico que a nivel social y religioso. Todavía compite con otro municipio por el primer lugar en suicidios en todo Nicaragua. Últimamente fuimos golpeado a la Garnacha también: don Julio, un hombre pacífico y trabajador, mayor de edad (65 años) se quitó la vida. Desde tiempo sufría de disturbios mentales, posiblemente consecuencia de la guerra. A menudo nos encontramos frente a una violencia explosiva, hacia si mismo o hacia los demás. A pesar de todo amo a este pueblo y me siento parte del panorama.

Con los delegados(as) de la Palabra y catequistas se estrechó a lo largo de los 17 años un amistad mas íntima y directa. Me siento mimado por su cariño. Nos encontramos cada mes para una formación continua. En este momento estamos estudiando la historia de la Iglesia. Nos encontramos también en los retiros regulares en la Garnacha y en sus comunidades para las celebraciones. Más que todo aprecio mucho la intimidad de sus casas. Últimamente hay un despertar visible en la parroquia: desde que empezamos unos retiros (tipo cursillos) con un equipo de laicos de Estelo que nos apoyan.

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Hay que decir una palabra sobre el programa agrícola que antaño era un programa parroquial. En el año jubilar 2000 adquirió su personalidad jurídica formando una asociación legalmente constituida. Los bienes de la fraternidad (tierra, animales, carro), heredados de la cooperativa, pasaron en posesión del programa agrícola, para proporcionar trabajo a la gente y poder sostener algunos proyectos en las otras comunidades más pobres. El programa agrícola, que se identifica muchas veces con la Garnacha, adquirió reputación y fama en el trascurso de los años. ONG, organismos, universidades, agrupaciones de campesinos, visitaron la Garnacha. El área es declarada "Reserva Natural del Tisey" y como consecuencia el ecoturismo se desarrolla rápidamente. El queso (tipo suizo), el café, las hortalizas orgánicas son productos de calidad. La Garnacha llega a ser un punto constante de referencia para todo tipo de persona. Un día me encuentro en el patio de la casa con Miss Nicaragua rodeada de 20 otras muchachas; otro día es con 5 embajadores; y en otra ocasión es el obispo Auxiliar de la costa Atlántica, Mons. David, un capuchino verdadero, hermano y amigo. La Garnacha es también un lugar de retiro para nuestra parroquia y también a disposición de muchas congregaciones de la Iglesia de Nicaragua.

Acompañé al programa agrícola por muchos años. A pesar que me nombraron miembro honorífico de la dirección, siento que es tiempo de dejar las riendas a otros. Once años de vida como asociación es ya un logro por si mismo. El futuro no está en mis manos. Tengo que hacer confianza. Por el momento me ocupo un poco de la tienda de artesanía y la contabilidad turística del programa agrícola. Las visitas y el solar ocupan el resto de mi tiempo libre.

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Cuando llegué a San Nicolás la gente acostumbraba decir: “Dios te castiga”. Los delegados mismos de la Palabra en sus sermones hablaban mucho de castigo. Me alegra mucho hoy día oír hablar del amor de Dios.

Finalmente es la experiencia de mi vida: el descubrimiento, o mejor dicho la revelación progresiva del amor incondicional de Dios, un Dios que “envía el sol y la lluvia sobre los justos y los injustos”.  Lo mas importante es que la Ultima Palabra la tiene Dios y tiene un nombre: Amor, o mejor Misericordia. Esta misericordia que, como decía Isaac de Nínive (un ermitaño oriental), llevará a Jesús a buscar la manera de convertir también a los demonios. 


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1.- Ciudad de México donde hay una fraternidad.