Noticias de las Fraternidades 41

LA FRATERNIDAD EN AMÉRICA DEL SUR
Xavier Gufflet

La Fraternidad de los Hermanos del Evangelio está implantada en América del Sur desde el año 1960. Actualmente está presente en tres países:

- en Bolivia: las fraternidades de Titicachi (con Max), y de Cochabamba (con José Luis, Marco, Patricio et Héctor).

- en Venezuela: la fraternidad de Bojo (con Joseíto et Mario); René sigue asegurando la presencia entre los indios en Ciudad Bolivar.

- en Brasil: João vive la fraternidad con los marginados de Salvador.

Como miembros de la Fraternidad Central de Bruselas, Giuliano et Xavier visitaron  América del Sur y se reunieron con José Luis, que formando parte de la Fraternidad Central,  reside en Cochabamba.

Encuentro en El Alto:

Después de más de 24 horas de viaje (3 aviones), nos esperaban José Luis y Max en el aeropuerto de El Alto, muy cerca de la casa donde vivía Francisco Hulsen1. Max vino expresamente con su carro y tuvo la buena idea de llamar enseguida por teléfono a su obispo que nos invita a quedarnos en su casa (Titicachi pertenece a esta diócesis y Francisco tenía muy buena relación con él). Es salesiano de origen español y no tiene miedo de buscar un poco de eficacia (en ese aspecto es posible que llegue a superar a Max). Nos quedamos 24 horas con él pues las carreteras estaban bloqueadas: imposible bajar a La Paz que sin embargo limita con El Alto. Max había preparado una carta para presentarle su proyecto de tomar un tiempo sabático en 2013.

Este día también nos permitió tomar el tiempo de visitar la casa de Francisco y la capilla que utilizaba regularmente para diferentes reuniones. Pepe, el sacerdote que hizo todo lo posible para que Francis se encontrara a gusto en este barrio de El Alto, no estaba allí, pero pudimos encontrar a otras personas que estuvieron muy marcadas por la amistad con Francisco y toda su atención.

Sin querer despreciar El Alto, estábamos muy contentos de poder bajar 500 metros más abajo. A pesar de los medicamentos, la altura cansa y afecta a todo el cuerpo de los que no están acostumbrados a navegar a más de 4000 metros.

Max tiene pues un lugar de paso en La Paz donde viven estudiantes originarios de Titicachi. La vida común en esas condiciones es un aporte para cada uno y ese alojamiento es un punto de encuentro para mucha gente que por una razón u otra salen de Titicachi para venir a la ciudad: rezan juntos, comen juntos, se comparten las buenas noticias y las no tan buenas…

En el mismo barrio María Teresa tiene también un alojamiento. Hace 17 años que vive en un pueblecito cerca de Titicachi y es la que anima a las mujeres de varios pueblos para desarrollar las capacidades que tienen desde siempre de hacer maravillosos bordados de colores muy vivos. Hay una red que permite vender la producción en Bolivia y en Europa.

También nos invitaron a comer en la “casa campesina”: situada en el mismo barrio de La Paz, esta casa acoge a los enfermos graves y a sus familias que vienen del pueblo para atenderse.

La historia de la Fraternidad en Bolivia data de 1974. Yendo de aquí para allá con Max, se descubren poco a poco todos los contactos y amistades que se construyeron a lo largo de los años.

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Cochabamba:

Tomamos el autobús los cuatro (Max, José Luis, Giuliano y yo): 7 horas de carretera en un paisaje del Altiplano. Marco y Patricio nos reciben con Goliath que no es nada agresivo (invita a todo el mundo, incluso a los otros perros del barrio). Pronto hará 14 años que los hermanos están en esta región. La fraternidad está en el pueblo de Piñami Chico, a unos quince kilómetros de la ciudad.

A menudo los hermanos nos hablaron de su producción de yogur. Pero verdaderamente es impresionante ver el profesionalismo de la fabricación y la posibilidad de establecer una multitud de relaciones a través de la venta en el mercado.

Tienen una larga experiencia y eso les permite juntar lo útil con lo agradable: exigencia de higiene, respeto de las temperaturas, fantasía en los sabores (azucarados, sin azúcar, con o sin mermelada (llamada “cariño”), variedad de volúmenes (20 cl., 1 litro, 4 litros), gran libertad para charlar todo lo que se quiere con los clientes… Si la fabricación sólo pide algunas horas, la venta ocupa toda la jornada… ¡y es rentable!...

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Nos quedamos casi 2 semanas en Cochabamba. Pudimos tomar el tiempo los tres para hacer una buena evaluación de la situación de todos los hermanos y de todas las fraternidades tomando un poco de distancia en relación con Bolivia, pero las comidas y los encuentros nos llevaron rápidamente a este rinconcito del campo con muchos perros y muchas vacas.

Pudimos comer un día con el obispo que nos compartió muy sencillamente sus preocupaciones y sus proyectos.

Justo antes de salir de Cochabamba, después de una Misa en la fraternidad que reunió a más  de 30 personas, pudimos hacer una bonita fiesta: 2 cumpleaños (Giuliano y Patricio) y nuestra despedida.

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Dos días de turismo al borde del lago Titicaca:

Max nos esperaba en La Paz y fuimos a admirar el paisaje al borde del lago para ir a Copacabana que es un lugar de peregrinación para toda Bolivia. Rezamos junto a la Virgen y subimos hasta lo alto del Calvario. Hay que darse cuenta de que estamos a más de 4.000 m. de altitud y que ya no tenemos 20 años. Pero subiendo poco a poco llegamos hasta arriba (cada uno a su ritmo, aun admirando a los más jóvenes que son capaces de correr).

Por la noche fuimos a dormir a casa de las hermanas de Achacachi que tienen un colegio. Son “guadalupanas” originarias de México. Tienen una joven boliviana que va a ir a hacer su noviciado a México y le decimos: "Tenemos un joven mexicano (Héctor) que va a venir a hacer su 2° año de noviciado en Bolivia".

Al día siguiente nos detenemos en Escoma donde un equipo de Mato Grosso trabaja desde hace muchos años: han actuado en este pueblo en varias direcciones, pero lo que admiramos sobre todo son los talleres de carpintería y de escultura (madera y piedra). Llegan a hacer muebles muy bonitos: hay unos cincuenta jóvenes (una parte en formación, otra parte trabajando como profesionales).

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Titicachi:

Después de algunas horas de pista (relativamente buena) llegamos al famoso pueblo de Titicachi. Giuliano consiguió hacer reír a los jóvenes del colegio diciendo: “Vine aquí hace 25 años… No había escuela, ni autobús (subíamos arriba de los camiones), no había celular, ni electricidad, ni centro de salud como ahora (eran justo dos cuartos), ni colegio, ni radio, ni CETHA (el centro de formación), ¡pero había perros como ahora!...“

Ustedes podrán leer el último diario de Max que da muchas explicaciones sobre las diferentes realizaciones que se hicieron con él o sin él. Se puede esperar que el impulso que se dio por la presencia de la Fraternidad no se va a apagar. En muchos dominios se ve que Max ya no interviene y que está ahí para animar y apoyar (la radio, el centro de salud, el centro de formación… )

La imagen que conservo es ver un camión que llega con tanques de gas y que la gente viene a comprar dando su nombre. Cuando se ve el aislamiento, se puede admirar la organización que eso representa y el progreso que supone. La otra imagen es la relación muy sencilla con la gente que te saludan y que están a gusto con los extranjeros que éramos. ¡Se adivina todo el camino recorrido durante todos esos años!

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Regreso a La Paz:

Para regresar a La Paz una vez más aprovechamos del carro de Max y de una carretera relativamente reciente que permite estar en La Paz en menos de 6 horas.

Como en todos los países del mundo hay dificultades (especialmente todo lo que gira en torno a la cocaína), pero se ve que hay vida en este país, y que la gente se orienta hacia un futuro mejor buscando como utilizar sus riquezas lo mejor posible.

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1.- Francisco vivió muchos años en Bolivia, primero en Titicachi y luego en El Alto, falleció en Bruselas en julio de 2010.